LA POBREZA EN BUENAVENTURA
Buenaventura esta inmersa en la paradoja de su importancia estratégica, no solo por ser la puerta de Colombia hacia el Pacífico, sino por su diversidad cultural, biológica y ambiental; que contrasta sin embargo con la baja calidad de vida de sus habitantes. Con frecuencia se dice que Buenaventura debería ser la punta de lanza del país hacia la cuenca global del pacífico y el vértice estratégico de salida y entrada con los corredores comerciales establecidos con los países vecinos. Pero estas proyecciones deberían ir de la mano de una estrategia integral que busque aliviar las difíciles condiciones sociales de los habitantes de la ciudad.
Porque además de ser el puerto más importante del país, es el lugar donde habitan alrededor de 400.000 personas de los cuales el 80,6% viven en condiciones de pobreza; y 43,5% viven en condiciones de indigencia. La ciudad, por donde pasa el 55% de la carga de entrada y salida del país, tiene un índice estimado de desempleo del 29%, y de subempleo del 35% además de unos precarios índices de cobertura en educación y servicio públicos, y un déficit cualitativo en vivienda cercano a las
30.000 unidades.
Buenaventura debido a su posición pero sobre todo a sus precarias condiciones sociales, se ha convertido en un corredor estratégico para el negocio del narcotráfico y en sitio donde convergen grupos armados ilegales. Esta realidad ha encontrado en las familias y particularmente en lo jóvenes bonaerenses un caldo de cultivo para la generación de una cultura que desemboca en el uso de la violencia para obtener beneficios y resolver diferencias.
Las trampas de pobreza consisten en que las condiciones de un territorio donde habita una comunidad, carecen de mecanismos que le permitan a esta sociedad salir de la situación de marginalidad y pobreza en la que han estado sumidos por una sumatoria de circunstancias sociales, económicas y políticas. Estas trampas se perpetúan de generación en generación y terminan socavando lo más sagrado del ser humano que es la dignidad y la esperanza por un futuro mejor.
Esta situación se origina por las carencias históricas que esta comunidad debe enfrentar y frente a las cuales el estado no ha logrado intervenir de manera integral por diversas circunstancias. Por tanto, para romperlas, no basta con implementar acciones puntuales como los regímenes de subsidios, o programas sectoriales específicos. Se requiere de acciones integrales de gran envergadura que le permitan a la comunidad encontrar respuestas a sus necesidades más básicas de una manera integral y simultánea.
Se trata de fortalecer el capital humano para que las nuevas generaciones tengan acceso a oportunidades diferentes y puedan proyectar su futuro en la ciudad que los vio nacer. De realizar una intervención multidimensional que permita atender simultáneamente los problemas de educación y de seguridad alimentaria, de movilidad urbana y de generación de empleos dignos que atiendan las vocaciones productivas de la región y su reinserción en la economía contemporánea.
Estas imágenes representan algunos de los sectores que se encuentran en extrema pobreza en barrios de Buenaventura, sin embargo con el aportes de toda la ciudadanía bonaerense esperamos que muy pronto estas sean diferentes y significativas que podamos dar un cambio para un mejor vivir, cuando nos referimos a la otra cara de Buenaventura es con el objetivo de que la imagen que presentamos a continuación sea la verdadera a través de un desarrollo sostenible y sustentable.
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